Eran las 2 de la tarde del pasado domingo cuando, bajo lluvias torrenciales, ráfagas de viento y árboles que se interponían en nuestro camino, llegamos al sector Los Cruzado en Mayagüez. En aquel recóndito y hermoso lugar celebraríamos nuestro primer encuentro de escritura terapéutica. Aún así, la lluvia, los truenos y los relámpagos no fueron impedimento para que pudiésemos llegar. Era un llamado a la escritura sin reglas, a la escritura emocional, a la escritura sanadora. Allí nos esperaba nuestra anfitriona, María, quien amablemente nos cedió un espacio en su terraza. La lluvia y el cantar de los pájaros también nos acompañaron durante el resto de la tarde.
Hablamos y escribimos durante casi tres horas. Comenzamos con un pequeño recorrido para conocernos a nosotras mismas, lo que nos ayudaría a reflexionar sobre quiénes somos, qué queremos o sobre cuáles son nuestros recursos o limitaciones. Hablamos sobre la soledad, la autocrítica, el dolor y la empatía, y sobre cómo la escritura nos ayuda a conocernos, a sanar física, emocional y espiritualmente. Hablamos sobre la vida, sobre lo que nos preocupa o sobre lo que nos hace felices. Gracias a María por recibirnos en su casa, a Tania por acompañarme durante aquel recorrido lluvioso a casa de María, y a Becky, quien, a pesar de las lluvias torrenciales, también pudo llegar. Realmente, el viaje y el encuentro bajo la lluvia fueron una aventura sanadora! "Espero poder confiártelo todo como aún no lo he podido hacer con nadie, y espero que seas para mí un gran apoyo." --Ana Frank "Si narro mi existencia también la construyo, la acoto, hasta conseguir hacer entendible lo que simplemente era una sucesión de actos y vivencias". --Manuel Pimentel "La soledad es el imperio de la conciencia". --Gustavo Adolfo Bécker "El peor de los males que le pueden suceder a un hombre es que llegue a pensar mal de sí mismo". --Goethe
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Según la racionalidad económica, no podemos producir con recursos que no tenemos o no podemos gastar más de lo que tenemos, y existen restricciones presupuestarias y limitaciones en el uso de recursos. Si nuestras decisiones fueran tomadas con ese objetivo en mente, al menos el crecimiento económico llegaría hasta el punto de proveer iguales costos y beneficios, los gobiernos controlarían sus finanzas y sus presupuestos responsablemente, o los niveles de producción, consumo y contaminación fueran controlados hasta su punto óptimo social. Sin embargo, alcanzar ese objetivo de racionalidad económica, no es tarea fácil. Primero, las investigaciones recientes en áreas de la economía conductual, la neurociencia y la psicología, han demostrado que los individuos no siempre toman decisiones con la racionalidad económica en mente y que, en ese proceso, pueden intervenir muchos otros factores, como aspectos psicológicos, culturales o cognoscitivos, o la falta de información, entre otros; lo que, desde el punto de vista económico, llevaría al individuo a tomar decisiones "irracionales". Segundo, la racionalidad económica está enmarcada dentro de ciertas características como el mecanicismo, la separación o la individualidad, asociados con el hemisferio izquierdo del cerebro; y pasa por alto otras racionalidades, como la racionalidad ambiental, por ejemplo, o factores como la intuición, las emociones o la creatividad, asociados con el hemisferio derecho del cerebro; factores que podrían coexistir en el proceso de toma de decisiones. Sin duda, las características de ambos hemisferios cerebrales son necesarias para tomar decisiones balanceadas y sustentables; y el pintor Miguel Ángel lo dejó implícito en uno de sus famosos frescos en la Capilla Sixtina. Tercero, la racionalidad individual no siempre es consistente con la sustentabilidad. Si desde su propia racionalidad, el individuo busca maximizar su satisfacción o su utilidad personal, y los costos de sus decisiones son externalizados o transferidos a terceras personas, sus acciones comprometerían el bienestar de los demás. Por lo tanto, la racionalidad económica, en sí misma, no siempre es consistente con el bienestar social. Las grandes crisis económicas, sociales y ambientales por las que atraviesa la humanidad evidencian esas fallas, no solo en los mercados, sino también en las decisiones individuales y gubernamentales. En el caso de Puerto Rico, múltiples crisis le han sumergido hasta el fondo del abismo. Una recesión económica que ha durado más de una década, una deuda de proporciones épicas o enormes desbarajustes fiscales con consecuencias desastrosas para el bienestar de la población. El economista James Tobin ya lo había señalado en los 1970's; que los gastos e inversiones gubernamentales debían ser cubiertos con fondos recurrentes. Pero sus advertencias fueron ignoradas y hoy la mayoría de la población sufre las consecuencias de decisiones que pasaron por alto los principios más básicos, no solo de la racionalidad económica, sino también de la sustentabilidad y la búsqueda del bienestar social. En consecuencia, el destino de miles de puertorriqueños ahora está en manos de una junta que controla las decisiones fiscales del país y que impactarán, para bien o para mal, nuestro futuro. Estrictas medidas de austeridad y disciplina fiscal, mezcladas con reducciones de gastos en múltiples sectores, ha sido la receta prescrita por la Junta. Aunque, al parecer, su receta intenta ser consistente con la racionalidad económica, ¿es esta receta consistente con el bienestar? ¿Puede la población soportar esos choques de austeridad o racionalidad extrema? ¿Qué impacto tendrán esos ajustes en la salud, la educación, el bienestar o la calidad de vida de la población? La reducción en servicios necesarios, como la salud o la educación deteriorarán aún más el bienestar, el desarrollo y la calidad de vida, factores que desafortunadamente no son contemplados en los planes de ajuste fiscal. Estos ajustes no solo son dolorosos económicamente, sino que desencadenarán una serie de problemas sociales, mentales y emocionales, que podrían reducir las posibilidades futuras de recuperación. Desafortunadamente, las medidas propuestas son inevitables. ¿Será posible entonces desarrollar estrategias decisionales que amortigüen el impacto social de esos choques? ¿Será posible desarrollar programas para fomentar la resiliencia individual y social, ante el embate de estos ajustes? ¿Será posible desarrollar programas que preparen a la gente para tomar decisiones que aporten al bienestar, a la sustentabilidad, al buen vivir y al florecimiento de las sociedades futuras? ¿Será posible desarrollar una economía compasiva, donde se promueva el bienestar, la armonía y el equilibrio? En ese sentido, científicos e investigadores de alrededor del mundo han comenzado a investigar el impacto del altruismo y la compasión en la toma de decisiones y en el desarrollo de las sociedades futuras. Basados en hallazgos científicos, economistas, neurocientíficos, psicólogos y líderes espirituales se han unido para desarrollar nuevos modelos de economías compasivas; incluyendo científicos y académicos de la Universidad de Stanford, la Universidad de Wisconsin y líderes espirituales como el Dalai Lama. En esa misma línea de trabajo, el neurocientífico Richard Davidson ha descubierto que cuando los individuos se involucran en comportamientos generosos y altruistas, activan circuitos en su cerebro que son claves para fomentar el bienestar. A partir de estos trabajos, se han desarrollado en diversas partes de los Estados Unidos y del mundo, nuevos programas y currículos académicos basados en la compasión y en la bondad, para niños en edades preescolares hasta estudiantes universitarios. Asimismo, se han desarrollado programas para maestros, entidades gubernamentales y empresas privadas. Según expresara el Dalai Lama en una de sus discusiones sobre el desarrollo de economías compasivas, "El amor, la bondad y la compasión son importantes para reducir la violencia y mejorar el bienestar de la humanidad en el Siglo XXI". Por su parte, Davidson señala que "el bienestar es una destreza y no es fundamentalmente diferente de aprender a tocar el violonchelo". Según él, el bienestar está compuesto de cuatro factores: la resiliencia o cuánto tiempo tardamos en recuperarnos cuando algo malo sucede; el panorama o la habilidad para saborear las experiencias positivas; la atención o la habilidad para mantenernos enfocados; y la generosidad. ¡Y esas destrezas se pueden aprender! Perteneciste a una raza antigua De pies decalzos y de sueños blancos Fuiste polvo, polvo eres Piensa que el hierro siempre al calor es blando Tú mordiste la manzana y renunciaste al paraíso Y condenaste a una serpiente siendo tú el que así lo quiso Por milenios y milenios permaneciste desnudo Y te enfrentaste a dinosaurios bajo un techo y sin escudo... Cumplir con las tareas, asistir al colegio ¿Que diría la familia si eres un fracasado? Y ponte siempre zapatos, no hagas ruido en la mesa Usa medias veladas y corbata en las fiestas Las mujeres se casan siempre antes de treinta Si no vestir santos y aunque así no lo quieran Y en la fiesta de quince es mejor no olvidar Una fina champaña y bailar bien el vals Así comienza la famosa canción de Shakira, "Con los pies descalzos" (1995). Nunca le había prestado atención a su letra, pero de repente apareció en mi memoria el título de esa canción. Quizás es un lamento por aquel humano antiguo de pies descalzos y sueños blancos que vivía conectado a la tierra, sin pretensiones ni preocupaciones. ¿Cuántos miles de años caminaron los humanos con sus pies descalzos? ¿Cuántos milenios habrán tenido sueños blancos? Pero la "modernidad" dio paso a nuevas formas de vida y los pies comenzaron a ser cubiertos con diferentes indumentarias, para protegerlos de terrenos peligrosos o de condiciones climáticas extremas. Con el paso del tiempo se comenzaron a utilizar diferentes formas y estilos de calzado, desde los más rústicos hechos a mano, hasta los más sofisticados hechos a la medida con costosos materiales. Y hasta han llegado a simbolizar el poder y la riqueza, como los famosos zapatos del Rey de Francia, Luis XIV. La transformación de las economías durante el siglo 20 aumentó la producción de muchos bienes y servicios, lo que también dio paso a la comercialización en masa de esta preciada prenda de vestir. Asimismo comenzó la explotación de materiales exóticos para su fabricación, desde pieles de animales hasta diamantes. El artista norteamericano Andy Warhol se hizo famoso con sus serigrafías de múltiples colores, y en una de sus obras más famosas, "Zapatos de polvo de diamante", resalta el glamour y el material con que fueron hechos los zapatos. La urgencia de reconectar los pies a la tierra Aunque sus formas, diseños y modelos abundan en el Planeta y se han convertido en una necesidad en las sociedades modernas, las investigaciones demuestran que el uso de los zapatos podría tener efectos adversos sobre la salud. Además, se ha demostrado que éstos bloquean el flujo de iones en el cuerpo, creando desbalances y enfermedades; ya que la tierra es una fuente natural de electrones y sutiles campos eléctricos, esenciales para el funcionamiento del sistema inmunológico, la circulación, la sincronización de los biorritmos y otros procesos fisiológicos. La conexión de los pies a la tierra también contribuye a prevenir o a reducir la inflamación en el cuerpo. La ciencia ha demostrado ampliamente que la inflamación está relacionada con todas las enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades del envejecimiento, por lo que la conexión a la tierra es vital para prevenir o reducir el impacto de estas enfermedades. A esta práctica milenaria, ahora se le conoce como "grounding" o "earthing" . De acuerdo al doctor Mercola, esta práctica puede ser realmente eficaz, menos costosa y útil para obtener antioxidantes. Este concepto lo descubrí por casualidad, caminando en la Isla de Culebrita. Después de haber caminado descalza durante un tiempo, tuvimos que subir una empinada montaña hasta llegar a la cima, donde está el Faro de Culebrita. Usualmente, después de una caminata como aquella hubiera sufrido de intensos dolores, pero milagrosamente nada de eso ocurrió. Sorprendida por aquella valerosa hazaña comencé a buscar en Internet la relación entre el caminar descalzos y el dolor, hasta que encontré que la conexión con la tierra reduce la inflamación, el dolor y nos hace felices! Me fascinan las obras de Andy Warhol y la pintura de Luis XIV, pero nunca he amado los zapatos, los uso, sin remedio y mientras sea necesario. En el mundo en que vivimos, la canción de Shakira nos hace reflexionar sobre la importancia de caminar descalzos, pero también sobre el rumbo al que nos ha llevado la modernidad. ¿Realmente necesitamos todo lo que deseamos? ¿Es posible volver a tener sueños blancos? " ...piensa que el hierro siempre al calor es blando". Las revoluciones industriales, científicas y tecnológicas han dejado huellas indelebles en la humanidad. Hemos podido constatar un aumento dramático en la producción mundial de bienes y servicios, así como las expectativas de vida, los niveles de ingreso y la población mundial. Asimismo, nuevos procesos industriales y tecnológicos revolucionaron la generación de energía eléctrica, reemplazando antiguas formas de producción y consumo, atadas a los ciclos de la naturaleza, por maneras más rápidas, ágiles y rentables. Como cualquier actividad económica, la generación de energía eléctrica produce beneficios, pero también costos, sobre todo cuando ésta es producida a partir de combustibles fósiles. Los costos externos o externalidades negativas son costos transferidos a terceras personas o a la sociedad sin que medie compensación alguna. Estos costos tienen impactos dañinos sobre las partes afectadas, en forma de contaminación, deterioro ambiental o daños irreparables a la salud, incluyendo cáncer, reducción en las expectativas de vida, pérdida de días laborables, casos crónicos de bronquitis o problemas respiratorios y cardiacos. A pesar de esto, las secuelas negativas de estas actividades continúan aumentando. Estas situaciones son reportadas diariamente a través del Atlas de Justicia Ambiental desarrollado por el reconocido economista ecológico, Joan Martínez Alier, y su grupo de trabajo en la Universidad de Barcelona en España. Al día de hoy, se han documentado sobre 2,200 casos de conflictos sociales a nivel global, incluyendo conflictos con el uso de combustibles fósiles, extracción de minerales, explotación de recursos, desperdicios, actividades turísticas o con la biodiversidad, entre otros. Puerto Rico también se enfrenta a múltiples situaciones de actividades que resultan en daños o costos sociales que, muchas veces, son ignorados. Recientemente, el Atlas publicó ocho conflictos documentados por mis estudiantes en el curso de Problemas Especiales en Economía del Departamento de Economía del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. Entre los trabajos publicados se encuentran:
El caso de las emisiones tóxicas de la planta generatriz de la AEE en Palo Seco, es un caso concreto de daños a la salud, las cuales han sido atadas a la alta incidencia de cáncer y problemas respiratorios en la población de Cataño. Luego de reclamaciones por parte de la comunidad y de un proceso judicial, la AEE fue encontrada culpable de emitir gases tóxicos. El depósito de las cenizas de carbón en Peñuelas, producto de la generación de energía eléctrica con fuentes de carbón, también ha generado grandes controversias y protestas durante los últimos meses. Las comunidades afectadas, así como ciudadanos y organizaciones de diversos sectores del país se han movilizado para proteger la salud, el ambiente y el bienestar de la población. Existe evidencia de que las cenizas de carbón pueden causar daños a la salud. Por ejemplo, en un estudio realizado en Guayama, por investigadores del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, se encontró que los vecinos de este pueblo tienen 2.5 veces más probabilidad de padecer de asma, 2.2 veces más sinusitis, 3.2 veces más bronquitis y 7.6 veces más urticaria, en relación con residentes del pueblo de Fajardo. A pesar de esto, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en Inglés), agencia encargada de proteger la salud humana y el ambiente en los Estados Unidos y Puerto Rico, insiste en que "no han identificado 'riesgo inminente' a la salud o al ambiente que justifique su intervención en la comunidad". Aunque alrededor del mundo se han implantado diferentes enfoques para regular la intensidad de la actividad que genera los costos sociales, incluyendo los impuestos, los enfoques de comando y control y, más recientemente, los incentivos económicos, el aumento en los costos externos de generar energía eléctrica, se ha convertido en una fuente creciente de preocupación social y ambiental. Varias investigaciones en Europa, Estados Unidos, Australia y Chile, entre otros, se han enfocado en estimar el costo externo de la generación de energía eléctrica, incluyendo el costo a la salud y al ambiente. Por ejemplo, un estudio realizado en Europa en el 2015 encontró que los costos externos de producir energía eléctrica con combustibles fósiles, mayormente asociados a la salud y al cambio climático, fueron equivalentes a entre 20% y 52% de su costo total. Mientras, los costos externos de generar energía eléctrica con energía renovable fueron bajos, aunque no cero, en comparación con los costos externos de los combustibles fósiles. Otro estudio realizado en el 2014 en el estado de Minnesota situó entre $1.041 y $3.562 miles de millones el costo externo de producir energía eléctrica con combustibles fósiles, principalmente asociado con impactos negativos sobre la salud, el ambiente y el cambio climático. El estimado de los daños causados por la generación de energía eléctrica es importante porque nos sirve de guía para establecer niveles apropiados de actividad y control. Igualmente, nos provee un punto de partida para establecer política pública sensata y la posibilidad de introducir nuevos incentivos y esquemas innovadores para la provisión de energía renovable en Puerto Rico. Sin embargo, muchas veces el tiempo para realizar estos estudios y la disponibilidad de los datos necesarios, entre otros factores, evitan que los mismos se puedan incorporar apropiadamente al proceso de toma de decisiones. Mientras tanto, el ambiente, la salud, la calidad de vida y el bienestar de las personas en estas comunidades continúan deteriorándose. No hay duda de que el crecimiento ha traído beneficios a la humanidad, pero el crecimiento también tiene un costo. Muchas veces el costo es externalizado y la generación de energía eléctrica no es la excepción. Además, es evidente que si se traspasan los límites de la racionalidad, el deterioro de la economía, de la sociedad y del ambiente es inevitable. Enlaces: Environmental Justice Atlas Generación de energía y daños ignorados Salud confirma que las cenizas de carbón sí son tóxicas La EPA insiste en que las cenizas no son peligrosas En evidencia toxicidad de cenizas en Peñuelas Bomba de tiempo las cenizas de carbón How Toxic Is Coal Ash? A Laboratory Toxicity Case Study Coal Ash: Hazardous to Human Health *Publicado originalmente en Endi.com bajo el título "Generación de energía y daños ignorados". |